Cuando hablamos de manicura tendemos a pensar siempre en países europeos occidentales, especialmente Francia, ya que la manicura francesa es una de las reinas del mundo de las uñas. Sin embargo, hay otros países más lejanos que también tienen una tradición muy importante en el mundo de la estética de las uñas.
Uno de estos países es, sin duda, Rusia. La manicura del país más extenso del mundo es una de las que más nombre tienen dentro del mundo de las uñas y el nail art. La manicura rusa tiene su origen en mujeres de Éste, especialmente de Rusia. Su característica principal es la de buscar acabados perfectos y duraderos a través de unas uñas perfectamente limpias.
Debido al gran éxito que tiene la manicura rusa entre todo tipo de mujeres y en las redes sociales, hemos querido hacer un artículo para explicar en qué consiste.
¿En qué consiste la manicura rusa?
La manicura rusa requiere sabiduría en el mundo de las uñas, de forma que solo profesionales la pueden realizar de forma correcta. Este tipo de técnica se realiza con torno eléctrico, consiguiendo una limpieza profunda de la uña y quitando la cutícula. El proceso es el siguiente: se retira la cutícula suavemente y se aplica el esmalte lo más cerca de ésta que se pueda.
El torno eléctrico asegura la máxima precisión, pero hay que saber usarlo con habilidad, ya que si no se pueden causar heridas en la piel. No todas las fresas que vemos en los mercados valen para realizar la manicura rusa. Por eso, comprar un juego de fresas para el torno de máxima calidad es imprescindible si no queremos causar daños en la piel.
A pesar de ser un tipo de manicura más complejo, lo cierto es que ofrece mejores resultados que la manicura tradicional. Así pues, se consigue una mayor durabilidad, con acabados que se adhieren mejor a la uña natural y permanecen mucho más tiempo.
