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Pies listos para el verano: consejos de pedicura para lucir sandalias con estilo

Con la llegada del verano, los pies cobran protagonismo. Las sandalias, chanclas, alpargatas y calzados abiertos se convierten en los aliados del día a día, y nuestros pies pasan de estar cubiertos a mostrarse sin filtros.

Es en esta temporada cuando muchas personas se dan cuenta de que han descuidado esta parte del cuerpo durante meses. Talones agrietados, uñas descuidadas, durezas o sequedad extrema son algunos de los signos que delatan esa falta de atención.

Tener unos pies cuidados no solo es una cuestión estética, sino también de salud y bienestar. Una buena pedicura no implica únicamente pintarse las uñas: abarca limpieza, hidratación, eliminación de durezas y, en general, prestar a los pies los cuidados que merecen. Desde Z-Uñas te damos los mejores consejos para preparar tus pies para lucirlos este verano.

Comienza por una limpieza profunda

Antes de pensar en esmaltes o diseños de uñas, el primer paso fundamental es una limpieza profunda. Lava tus pies con agua templada y un jabón suave, preferentemente antibacteriano. Puedes sumergirlos durante 10 a 15 minutos en un recipiente con agua y unas gotas de aceite esencial (lavanda o árbol de té son buenas opciones) para ablandar la piel y relajar los músculos. Este proceso no solo elimina suciedad y células muertas, sino que también prepara la piel para los siguientes pasos de la pedicura.

Exfoliación: el secreto de unos pies suaves

Después de la limpieza, es el momento de exfoliar. Utiliza un exfoliante específico para pies o crea uno casero mezclando azúcar grueso con aceite de coco u oliva. Masajea toda la planta del pie, haciendo hincapié en los talones y zonas con durezas. Una exfoliación regular (1 o 2 veces por semana) ayuda a eliminar células muertas, suaviza la piel y mejora la absorción de cremas hidratantes. También previene la formación de callosidades que afean los pies y pueden llegar a causar molestias.

Durezas fuera: una piedra pómez o lima profesional

Las durezas en los talones o en la zona plantar no solo resultan antiestéticas, sino que pueden derivar en grietas y molestias al caminar. Tras la exfoliación y con la piel aún húmeda, pasa una piedra pómez o una lima para pies, realizando movimientos suaves y circulares. Evita raspar en exceso, ya que podrías irritar la piel o provocar más queratina como respuesta defensiva del cuerpo. Si tus durezas son muy persistentes, acude a un podólogo o pedicurista profesional.

Uñas bien recortadas y limadas

Las uñas de los pies requieren un corte recto, ni demasiado cortas ni demasiado largas. Esto evita que se encarnen o que se quiebren. Usa un cortauñas específico para pies (más robusto que el de manos) y lima los bordes con suavidad para evitar esquinas afiladas. Aprovecha este momento para empujar ligeramente las cutículas con un palito de naranjo y retirar la piel muerta que se acumula alrededor de la uña, Nunca cortes las cutículas en exceso, ya que cumplen una función protectora frente a infecciones.

Hidratación diaria: clave para unos pies suaves y sanos

Una de las claves para tener unos pies bonitos es mantener la piel bien hidratada. Aplica una crema específica para pies (ricas en urea, manteca de karité o aloe vera) cada noche, dando un masaje que active la circulación y relaje los músculos. Para una hidratación más profunda, puedes ponerte calcetines de algodón tras aplicar la crema, dejándolos actuar durante toda la noche. En pocos días notarás la diferencia.

Protege y cuida tus uñas

Si decides aplicar esmalte, asegúrate de aplicar una base protectora que evite el contacto directo del pigmento con la uña. Esto previene que se amarilleen o se debiliten con el tiempo. Asimismo, procura dejar las uñas sin pintar unos días entre una pedicura y otra para que respiren. Evita usar esmaltes de baja calidad y, si usas productos semipermanentes, acude a profesionales y no intentes retirarlos tú misma sin el procedimiento adecuado, ya que podrías dañar la lámina ungueal.

No te olvides del protector solar…también en los pies

Un error común en verano es aplicar protector solar en todo el cuerpo y olvidarse de los pies. Esta zona, al estar expuesta con sandalias o al caminar por la playa, sufre los efectos del sol como cualquier otra. Aplica una crema con protección solar (SPF 30 o superior) en el empeine, los dedos y el talón si está descubierto. Este sencillo gesto previene quemaduras, manchas solares y el envejecimiento prematuro de la piel en esta delicada zona.

Cuida tu calzado de verano

El tipo de sandalias que utilices influye directamente en el estado de tus pies. Evita calzado excesivamente plano, sin sujeción o con materiales sintéticos que no permitan la transpiración. Busca sandalias con una buena base anatómica, con materiales naturales y, si es posible, con un mínimo de amortiguación.  Cambiar de calzado con frecuencia también ayuda a reducir el sudor y prevenir hongos, sobre todo en climas cálidos o húmedos.

Controla el sudor y los hongos

Durante el verano, el calor y la humedad pueden provocar sudor excesivo en los pies, lo que aumenta el riesgo de infecciones fúngicas como el pie de atleta. Para prevenirlo: 

  • Usa talco o desodorantes especiales para pies
  • Ventila bien el calzado tras cada uso
  • Evita andar descalzo en piscinas públicas o duchas compartidas
  • Seca muy bien los pies tras la ducha, especialmente entre los dedos.
 

Si observas descamación, picor o enrojecimiento, consulta a un dermatólogo cuanto antes.

Acude a profesionales si lo necesitas

Una pedicura profesional de la mano de expertos como los que encontrarás en Z-Uñas no solo embellece tus pies, sino que también puede detectar problemas que pasan desapercibidos: uñas encarnadas, hongos, callos persistentes, verrugas plantares, etc.  Recuerda: La salud de tus pies es tan importante como la del resto del cuerpo.